Arte Prehistórico. Arte Rupestre y Mobiliar

ARTE PREHISTORICO Y DE LAS PRIMERAS CIVILIZACIONES

1) ARTE PREHISTORICO

El Arte prehistórico comprende las manifestaciones artísticas realizadas por Homo Sapiens Sapiens en el Ocaso de la Edad de la Edad de Piedra y en la primera Edad de los Metales. Se trata de un largo periodo de tiempo que va desde el inicio del Paleolítico Superior hace 32000 años hasta el inicio de la escritura durante el 3200-3000. Sin embargo estas fechas son variables en función del lugar en el que nos encontremos, ya que si nos ceñimos al a península ibérica debemos considerar la finalización del periodo durante la Edad del Bronce (2000-725), mientras que para una cronología referida a las civilizaciones Egipcias y Mesopotámica, la Edad de Piedra culminaría con el final de la Revolución Neolítica y el inicio de la Revolución Urbana, momento en que se desarrolla la escritura.

Por lo tanto, podemos hablar de un Are Prehistórico que se desarrolla durante el Paleolítico superior (32000-8000) y el Neolítico (8000-3000). Ambos conceptos hacen referencia a la idea de piedra, ya que la gran mayoría de útiles, objetos o herramientas, encontrados en este periodo son de este material. El primero de ellos significa “piedra antigua” y fue acuñado por John Lubbock en 1864 para diferenciarlo del segundo que significa “piedra nueva”. Esta consideración se hace en base a la calidad y acabado del material, siendo el primero muy tosco, mientras que en el segundo el acabado es fino y pulimentado.

Sin embargo, la capacidad creadora del hombre de este primer periodo (Paleolítico Superior) es infinitamente superior al mero hecho de crear objetos en piedra, y pronto nuevos materiales como el hueso y la madera son utilizados, y como no, aparecen las primeras representaciones pictóricas.

Para entender estas manifestaciones artísticas hay que tener en cuenta las duras condiciones de vida de estos primeros hombres. Debemos comprender que el entorno en el que vivían era muy distinto al actual a la vez que los medios con los que contaba eran igualmente muy diferentes. Europa, en ese momento se encontraba completamente congelada como consecuencia de la última glaciación o Glaciación Wurm. Se trata de unas condiciones climáticas muy duras, con la mayor parte del territorio europeo cubierto de nieves perpetuas en cotas muy bajas (700-1000). La fauna estaba comprendida mayoritariamente por grandes mamíferos como el Mamut, o los bisontes lanudos, renos y ciervos, que a su vez eran el principal sustento alimenticio de estos hombres. Para su caza, debieron desarrollar destrezas y técnicas a la vez que útiles que les permitirán afrontarla con garantías de éxito.

Igualmente, el hombre se encontraba indefenso ante la poderosa naturaleza. Los rayos, las inundaciones, las tempestades, terremotos etc. manifestaban una energía brutal a la cual el hombre no podía hacer frente y que podía acabar con él rápidamente. Todas estas necesidades fueron evolucionando su pensamiento. Poco a poco comenzaron a aparecer grabadas alusivos a sus miedos, sus proezas o su fuerza, en los objetos que fabricaban, que a la misma vez de ser dotados de un carácter místico o mágico también los embellecían. Por lo tanto ya no se trataba sólo de objetos prácticos sino también mostraban una preocupación estética. Podemos señalar entonces que las primeras manifestaciones artísticas habían aparecido.

Estas primeras manifestaciones artísticas conocidas se pueden agrupar en dos campos diferenciados. En primer lugar, encontramos el Arte “Mobiliar”, que se denomina así porque podía ser transportado por el hombre en sus cambios de asentamiento. En segundo lugar encontramos el Arte Parietal, que era aquel que se perpetuaba en las paredes de las cuevas y abrigos rocosos que eran usados por Homo Sapiens Sapiens para resguardarse y cuyas muestras más conocidas son las pinturas rupestres.

a) Arte Mobiliar

En relación al Arte Mobiliar hay que señalar que han aparecido restos en toda la extensión del continente Europeo e incluso han aparecido objetos en Siberia. Son, principalmente objetos realizados en hueso o asta de animal o marfil. Existen varias tipologías como azagayas, bastones de mando o figuras femeninas conocidas como “Venus”. Algunos ejemplos reseñables son el “Propulsor con Caballo Saltando” de Saint Germain-en-Laye, realizado en asta de reno. Este propulsor muestra de manera muy real un caballo en posición de galope, lo que muestra la capacidad del artista de adaptar la temática a la forma natural del cuerno. Esta característica es muy utilizada por el hombre del Paleolítico en sus representaciones artísticas, como veremos más adelante en la pintura rupestre. Otro ejemplo de Arte Mobiliar es el “Bastón de Mando” de la Cueva del Castillo, Cantabria. Realizado en Hueso, aparece un ciervo tallado con gran realismo.

Sin embargo el mundo de las Venus, es mucho más interesante ya que se trata de la primera representación antropomorfa de la historia. En general, se denomina Venus a aquellas figuras femeninas cuyos rasgos genitales aparecen muy marcados en relación con otras partes de cuerpo, como las manos, los pies y la cabeza. El tamaño va de los 5 a los 20 centímetros y sus características son comunes para todo el territorio europeo, aunque podemos encontrar diferencias en relación a una menor o mayor esquematización. Su significado ha sido ampliamente discutido aunque es muy acertada la afirmación que las relaciona con un culto a la fecundidad o representación a la Gran Madre. Hay que tener en cuenta, que en estos momentos, la mortalidad era muy elevada y el hombre siempre necesitaba de otros compañeros que les ayudaran a afrontar las duras condiciones de vida, por lo tanto no es descabellado pensar en un tipo de culto a la fecundidad, la procreación y la prolongación de la vida.

Existen numerosos ejemplos de esta tipología, pero quizás la más destacada sea la denominada “Venus de Willendorf” cuya cabeza aparece decorada con bandas geométricas. Otro ejemplo es la “Venus de Grimaldi” cuyo rostro y extremidades presentan un tratamiento muy somero. Actualmente se conocen unas 100 figurillas con características similares, pudiendo destacar también la “Venus de Lespugue”, donde destaca una faldilla posterior con decoración a base de estrías.

b) Arte Rupestre

En relación al arte rupestre hay que señalar que al contrario de lo que pasaba con el Arte Mobiliar su presencia se limita a una zona más restringida alrededor de la Cordillera Cantábrica, los Pirineos y el Macizo Central Francés, de ahí que se la conozca como pintura franco-cantábrica.

En general son manifestaciones artísticas pictóricas que aparecen asociadas a otras técnicas como el grabado, el relieve o el raspado, y en donde se maximizan los recursos físicos del soporte, como ya se ha señalado anteriormente. Se localizan en cavernas, algunas veces hasta un kilómetro de profundidad, y en abrigos rocosos. Estos yacimientos se denominan Santuarios y en muchos de ellos se constata la participación de diferentes generaciones. Esto se aprecia en la Cueva de Lescaux,

Yegua de la Cueva de Lescaux

en el Macizo Central francés, o en la cántabra Cueva del Castillo. En ambas se constata que fue utilizada durante más de mil años de forma ininterrumpida y donde se aprecia la mano de más de 30 generaciones.

Ciervo de la Cueva del Castillo

Muy interesante es lo relacionado con las diferentes interpretaciones que se han dado a las pinturas rupestres en las que destacan las defendidas por los investigadores franceses Henry Breuil y André Leroi-Gourham.

Según Palomero Páramo en su obra Historia del Arte, la tesis defendida por el Abad Breuil, consistía en la consideración de que las cuevas eran consideradas el refugio del hombre y que la pintura era la expresión de prácticas de magia simpática, las cuales consistían en la creencia de que el acto de pintar al animal favorecía el posterior éxito de la caza. Con posterioridad se han realizado estudios etnográficos en comunidades aborígenes, principalmente australianas, donde se constata que estos hombres no entienden la caza sin un ritual previo basado en pintarse el cuerpo. Sin embargo, sabemos que la cacería del hombre del Paleolítico era generalmente de ciervos y renos, animales muy poco representados en las cuevas, mientras que los verdaderos protagonistas son caballos y bisontes.

A partir de esta observación Leroi-Gurham intentó poner en pie una teoría que consideraba las cuevas como santuarios en los cuales se realizaban ceremonias de iniciación del paso a la vida adulta. Fundamentó esta idea en que las cuevas se encontraban en lugares alejados de los asentamientos más comunes. Para Leroi Gurham la situación de estos animales en las cuevas respondía a un patrón preconcebido. Así, bóvidos y équidos, figuras centrales, conformarían respectivamente lo masculino y lo femenino, principios opuestos y complementarios del universo que genera la vida. Por su parte, cabras y ciervos ocuparían un lugar secundario alrededor de los otros además de aparecer en la entrada de estos santuarios. Ambos, son considerados un segundo paso en la concepción del Universo.

Esta teoría estuvo en su día considerada como válida, sin embargo, actualmente distintos descubrimientos han refutado esta afirmación, ya que en otras cuevas estas mismas especies aparecen desordenadas y mezcladas entre sí, por lo tanto, aun hoy, el debate acerca del significado de estas pinturas sigue estando en liza.

En cuanto a las características formales de esta pintura rupestre paleolítica hay que destacar principalmente dos. En primer lugar el carácter individual que posee ya que son concebidas de forma aislada sin formar escenas o composiciones y apareciendo en muchas ocasiones yuxtapuestas unas y otras. La otra gran característica es el pronunciado realismo. Esto se consigue gracias al empleo de técnicas de perspectiva cambiada para el cuerpo y la cornamenta, apareciendo el primero de perfil, mientras que el segundo se pintaba de frente, en un claro precedente de la Ley de Frontalidad. Esta técnica es conocida como perspectiva torcida.

Por otro lado hay que decir que la técnica es policroma, siendo los colores más usados el negro, el ocre y el rojo. Los pigmentos se obtenían a base de roca molida mezclada con grasa animal. Destaca el uso del manganeso y el carbón para el negro, y el óxido de hierro para los tonos rojizos y ocres. El artista del Paleolítico pinta contornos en color negro con una gran suavidad y precisión y rellena con colores rojos u ocres. Utiliza las protuberancias y salientes de las rocas para remarcar el realismo de las figuras otorgándoles volumen.

La temática principal eran los animales: rinocerontes, ciervos, felinos, bisontes, caballos, mamuts etc., incluso han aparecido peces, como el representado en la Cueva de la Pileta, Benaoján, Málaga. Estos animales se representan con gran minuciosidad de detalle en los pelajes, pezuñas, cornamentas etc.

Pez de la Cueva de la Pileta. Benaojan. Málaga

Sin lugar a dudas la cueva más importante en la que se han localizado pinturas rupestres paleolíticas es la Cueva de Altamira. La cueva se encuentra en la localidad de Santillana del Mar, en Cantabria y tiene 270 metros de longitud. En ella se diferencian tres salas. La más profunda es la llamada

Gran Santuario. Cueva de Altamira. Cantabria

“Sala de los Bisontes” o de los policromos. En ella aparecen representados numerosos bisontes en distintas posturas y acciones con un realismo magistral. Además encontramos otros animales como un jabalí con seis patas, muestra del intento del artista de representar el movimiento. La mayoría de las pinturas de Altamira están datadas hacia el 12500, aunque existen algunos caballos del 18000.

Otra cueva muy importante es la francesa Cueva de Lescaux, en la región de Dordoña. Localizada en la orilla izquierda del Río Vezere, fue descubierta en 1940 y entre sus pintura destacan sus majestuosos caballos con flechas clavadas. El Abad Breuil, dijo que de ella que era el Versalles del Arte Rupestre.

c) Arte Rupestre Levantino

Cacería de Ciervos. Abrigo de Valltorta. Castellón

Podemos considerar al arte rupestre levantino como una evolución del arte rupestre del Paleolítico. Esta evolución se produjo porque las condiciones con las que el hombre se relacionaba con la naturaleza fueron cambiando con el paso del tiempo. Así, si en un principio los primeros hombres dependían de las condiciones naturales para subsistir, poco a poco y muy lentamente fueron comprendiendo que que podían ir dominando la situación e ir influyendo en lo que les rodeaba. Estos leves cambios fueron plasmados en los abrigos de rocosos de todo el levante peninsular entre el 10000 y el 8000, fechas coincidentes con el fin del periodo glacial: estamos hablando del Mesolítico. En este momento la fauna cambial ya que los grandes mamíferos emigran más al norte. Ahora predominan los ciervos y los bóvidos.

En relación con el arte rupestre Paleolítico también se observan cambios en la técnica. En primer lugar, las figuras ahora se representan de forma monocroma. No aparece el contorno y se usa principalmente el negro. Además es una figura mucho más esquemática y no tan real como las de la Escuela Franco-cantábrica. Es muy interesante el tratamiento que se hace la figura humana. Ahora, el hombre ocupa el papel protagonista. Representado con un aire natural, forma parte de escenas de caza, danza, rituales, en compañía de otros hombres. Ahora los animales huyen despavoridos ante la presencia del ser humano, quienes armados con hachas y arcos intentan darles caza, como se muestra en el Abrigo de Valtorta, en Castellón, donde un grupo de arqueros intenta dar caza a un rebaño de ciervos disparando su flechas.

Mujeres Danzando. Roca de los Moros

También se constata la presencia femenina. La mujer aparece representada en acciones de pastoreo, como ocurre en la Roca de los Moros, en la provincia de Lleida, o en tareas de recolección, como las representadas en la Cueva de la Araña, en Valencia. Estas escenas de pastoreo o recolección de miel, enlazan

Recolección de la Miel. Cueva de la Araña

ya con actividades del Neolítico y muestran como el hombre no dependía en exclusiva de la caza. Poco a poco fueron dejando atrás la vida nómada y comenzaron así a habitar campos de cultivo. Así, los abrigos rocosos fueron abandonados en aras de los incipientes poblados siendo la consecuencia mas importante el abandono de la pintura parietal.